El hueso, o tejido óseo, es el tejido conjuntivo duro y calcificado
que integra el esqueleto. El tejido óseo
es sólo uno de los tejidos que conforman un hueso. También están presentes la sangre,
la médula ósea y el cartílago, además de tejidos adiposo, nervioso y conjuntivo
fibroso. La palabra hueso describe un órgano compuesto de todos los tejidos, o
puede referirse sólo al tejido óseo.
Los huesos tienen una amplia
variedad de formas correlacionadas con sus diversas funciones protectoras y
locomotrices.
El esqueleto humano es el conjunto total y organizado de piezas
óseas que proporciona al cuerpo humano una firme estructura multifuncional
(locomoción, protección, contención, sustento, etc.). A excepción del hueso
hioides (que se halla separado del esqueleto), todos los huesos están
articulados entre sí formando un continuum, soportados por estructuras
conectivas complementarias como ligamentos, tendones, músculos y cartílagos.
El esqueleto tiene 206 huesos,
sin contar las piezas dentarias, los huesos suturales o wormianos
(supernumerarios del cráneo) y los huesos sesamoideos, esta cifra sólo
representa los de un adulto típico y no es invariable. El recién nacido tiene
casi 270 huesos y se forman aún más durante la infancia.
El esqueleto vivo está formado
por tejidos dinámicos, llenos de células (se remodela de manera continua e
interactúa por medios fisiológicos con todos los demás sistemas de órganos del
cuerpo) y está permeado con nervios y vasos sanguíneos, testigos de su
sensibilidad y actividad metabólica.
El esqueleto como estructura, y los huesos
como unidad, cumplen las siguientes funciones:
Estructural o de sostén
Los huesos configuran la estructura y soporte
del cuerpo, el esqueleto es la estructura del organismo que da sostén a los
tejidos blandos y provee a los puntos de inserción para los tendones de la
mayoría de los músculos esqueléticos, casi todos los huesos proporcionan
soporte a los músculos. Funciona como un armazón que mantiene la morfología
corporal: la mandíbula así como el maxilar dan soporte a los dientes, y los
huesos de las extremidades inferiores, la pelvis y la columna vertebral
mantienen erguido el cuerpo, permite posturas como la bipedestación.
Locomotriz
La acción de músculos en los huesos produce
los movimientos de las extremidades, la respiración y otros, son la base
mecánica del movimiento gracias
a la interacción
de los huesos
con los músculos permitiendo el
movimiento de las articulaciones, que unen los huesos del sistema óseo en un todo funcional: un sistema que da soporte
al cuerpo, permite el movimiento efectivo y protege los órganos más blandos. La
mayoría de los músculos esqueléticos se fijan a los huesos; cuando se contraen,
traccionan de éstos para producir el movimiento.
Como soporte dinámico: colabora para la
marcha, locomoción y movimientos
corporales funcionando como palancas y puntos de anclaje para los músculos.
Protección
Los huesos protegen diversas estructuras
vitales del organismo creando paredes rígidas que protegen a órganos vitales
ante cualquier presión o golpe del exterior.
La caja torácica o parrilla costal está
integrada por las vértebras torácicas, el esternón y las costillas, forma una
cubierta de forma cónica para los pulmones y el corazón, y proporciona unión para
la cintura escapular y las extremidades superiores la caja torácica tiene una
base amplia y un ápice superior un poco más estrecho. Su borde inferior es el
arco de las costillas inferiores, denominado margen costal. Además, no sólo
protege a los órganos torácicos sino también al bazo, la mayor parte del hígado
y, hasta cierto punto, los riñones. Lo más importante es su función en la
respiración: los músculos respiratorios la expanden de manera rítmica para
crear un vacío que atrae el aire a los pulmones y luego la contraen para
expeler el aire.
Los huesos del cráneo deben proteger el
encéfalo y los órganos de los sentidos, pero no deben permitir el movimiento
(excepto durante el parto); por tanto, se mantienen fijos mediante
articulaciones inmóviles, suturadas posteriormente.
Bibliografía:
Kenneth
S. Saladin. Anatomía y fisiología. La unidad entre forma y función. 6ª edición. McGraw-Hill Interamericana
Editores; 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario