Hematopoyética
El cuerpo humano pierde sangre de manera
continua, no sólo por hemorragias sino también por envejecimiento y muerte de
las células sanguíneas y por consumo de los componentes del plasma o su
excreción del cuerpo, por lo tanto, debe reemplazarse de manera continua.
Al mecanismo fisiológico responsable de la
producción de la formación y desarrollo normal de las células sanguíneas en la
médula ósea, debido a su capacidad de permitir el anidamiento, el crecimiento y
la diferenciación de las células germinales hemopoyéticas, se denomina hematopoyesis.
Los tejidos que producen células sanguíneas son los tejidos hemopoyéticos, los
primeros tejidos de este tipo en el embrión humano se forman en el saco vitelino,
una membrana relacionada con todos los embriones de los vertebrados. Este saco
retiene su función hemopoyética y se forman grupos de células denominados islas
hemáticas, hacia la tercera semana del desarrollo humano, que producen
citoblastos primitivos que migran al propio embrión y colonizan la médula ósea,
el hígado, el bazo y el timo, donde los citoblastos se multiplican y dan lugar
a las células sanguíneas durante todo el desarrollo fetal.
En la médula ósea
roja presente en ciertas partes de algunos huesos se forman los eritrocitos, leucocitos y plaquetas. En los neonatos, toda
la médula ósea es roja y participa en la hematopoyesis, en los adultos, la
médula ósea roja está ubicada en
las costillas, el
esternón, la columna
vertebral, el cráneo,
la escápula y
la pelvis.
Homeostasis de minerales
El esqueleto almacena iones calcio y fosfato,
y los libera en el líquido tisular y la sangre de acuerdo con las necesidades
fisiológicas del cuerpo, para mantener su equilibrio y distribuirlos a otros
órganos.
El calcio y el fosfato se usan para mucho más
que la estructura ósea. Los iones fosfato también ayudan a corregir
desequilibrios acidobásicos en los líquidos corporales. El calcio desempeña
papeles en la comunicación entre neuronas y en la contracción muscular, la
coagulación sanguínea y la exocitosis, también es un segundo o tercer mensajero
en muchos procesos de intercambio de señales entre células y un cofactor para
algunas enzimas. El esqueleto es un depósito de estos minerales, que se
depositan allí cuando se dispone de grandes cantidades y se retiran cuando se
necesitan para otros propósitos.
Almacenamiento de triglicérido
La grasa es el principal depósito de energía
en el cuerpo. La cantidad de triglicéridos almacenados y el número de
adipocitos son muy estables en una persona, pero eso no significa que la grasa
almacenada esté estática. De manera constante, se sintetizan y almacenan nuevos
triglicéridos y otros son hidrolizados y liberados a la circulación. Por tanto,
hay una constante rotación de los triglicéridos almacenados, con un equilibrio
entre síntesis e hidrólisis, energía almacenada y en uso.
En los adultos, la médula ósea roja es
reemplazada paulatinamente por médula ósea amarilla, que contiene adipocitos, la
médula ósea amarilla está constituida principalmente por adipocitos, los cuales
almacenan triglicéridos que son una reserva potencial de energía.
Bibliografía:
Kenneth
S. Saladin. Anatomía y fisiología. La unidad entre forma y función. 6ª edición. McGraw-Hill Interamericana
Editores; 2012.